¿LA ESPIRITUALIDAD ES CUESTIÓN DE GLÁNDULAS?

En nuestro cuerpo hay una red de glándulas que conforman el sistema endocrino hormonal.
Vamos a centrarnos en una glándula llamada epífisis o glándula Pineal por su forma de piña, mide sólo 5-8 mm de diámetro. En la infancia es mayor y disminuye en la edad adulta, siendo en las mujeres algo mayor.

Ésta pequeña piña situada en el centro de nuestro cerebro regula los ciclos de sueño y vigilia, es fundamental en la regulación de nuestros bioritmos y variaciones anímicas.
Cuándo la luz disminuye produce melatonina a partir de la serotonina (la hormona de la felicidad) que es también un potente antioxidante.
 Además de esto segrega una
sustancia llamada Dimetiltrictamina o DMT en pequeñas cantidades. Es una molécula psicodélica endógena que juega un importante papel en la parte visual del cerebro; Por ejemplo las visiones internas en la fase inicial del sueño de las que somos más conscientes y en las imágenes de los propios sueños, que recordamos más vagamente. También en las visiones previas a la muerte (momento en que se segrega gran cantidad de DMT) o estados de inconsciencia y fenómenos como los sueños lúcidos y la creatividad.

Es decir la DMT es responsable de las películas que “nos montamos” en nuestra pantalla mental.

En el plano espiritual relacionado con el YOGA la glándula pineal se interpreta como el sexto chackra (=centro energético); AJNA chackra según la tradición de las escrituras védicas o el tercer ojo, situado en el entrecejo.


Aunque tampoco tenemos que irnos a oriente para éstas interpretaciones o intuiciones espirituales ya que Descartes mismo hablaba de la glándula Pineal como “el asiento del alma”. En su concepción dualista, representaba el punto de unión entre el cuerpo y la mente.

Son bastantes las tradiciones espirituales que atribuyen características especiales a ésta glándula, La puerta de Brahma del hinduismo, el ojo celestial de los chinos, El tercer Ojo del Budismo, el Palacio Niwan del taoismo.El ojo de Horus; El dios del Sol, hijo de Isis y Osiris; símbolismo de la fusión de los opuestos que yace en el centro del cerebro entre ambos hemisferios, femenino y masculino, día y noche, yin yang....
 Los lamas tibetanos, en su intento por lograr el desarrollo interior a través de la capacidad de la mente, consideraban el tercer ojo como un punto de proyección hacia la conciencia cósmica.Casi todas las técnicas para "abrir" el tercer ojo son herencia de los monjes del Tibet.

En occidente con nuestra característica impaciencia e inspirados por las experiencias espirituales relacionadas con ésta glándula, se intentó atravesar “la puerta pineal” , las puertas de la percepción de manera más rápida recurriendo a tradiciones religiosas que utilizaban métodos “naturalmente químicos” para esas percepciones extraordinarias como el chamanismo con el uso de la Ayahuasca o el Peyote. Sustancias que contienen DMT en grandes cantidades resultando un fuerte alucinógeno.

Pero al margen de la psicodelia y fuertes experiencias alucinógenas, desde hace milenios la tradición yóguica viene utilizando técnicas menos drásticas para activar la glándula pineal y abrir ésta percepción más sutil y espiritual.

Algunas técnicas yógicas son sobre todo la meditación, visualizaciones, pranayamas, asanas (practicadas con plena consciencia). Llevado a su extremo encontramos las técnicas más radicales que practican los sadhus, santones y ermitaños dedicados totalmente a la búsqueda de la espiritualidad ; la privación de sueño, el ayuno prolongado el aislamiento sensorial...
              Pero para la gente normal que no aspiramos a alcanzar la iluminación, al menos en ésta vida tan ocupada y “sencillamente” deseamos una felicidad moderada, plenitud o que sentimos la necesidad y la curiosidad de acercarnos a una percepción más espiritual o a una visión más intuitiva de la realidad, las técnicas sencillas que el yoga pone a nuestra disposición son más que suficientes.

Ejercicios simples que podemos practicar son variadas técnicas de Dharana = concentración preparatorias para la meditación o que complementan ésta;

Meditar, llevando toda la atención al entrecejo es una de ellas, así como concentrarse en la observación de cristales (que reflejan la luz tal como el tercer ojo multiplica la Verdad), ya sea cristal de roca, una bola de cristal o incluso un cuenco de agua cristalina.

Visualización de formas simples.

Fijar la llama de una vela en la retina e intentar prolongar su imagen.

Retentiva de formas sencillas con simbología como por ejemplo ruedas de chackras o símbolos de elementos y poco a poco podemos ir complicando la imagen visualizando imágenes complejas con todos sus detalles.

O simplemente mirar con los ojos cerrados en la oscuridad mientras meditamos.

Todas éstas técnicas las practicaremos con más detalle durante nuestras sesiones.

 
 
 

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